[Esta reseña se publicó originalmente en la revista Marvin]
EDUARDO HALFON: MONASTERIO
Guatemala Aviv.
Al hablar de Eduardo Halfon (Guatemala, 1971) siempre se va a enredar la conversación con todas las cosas que es y no es a la vez, así que conviene empezar por ahí. Eduardo Halfon es guatemalteco, nació en la ciudad de Guatemala en 1971, pero a la vez no lo es. Su familia se fue del país por la violencia cuando él tenía diez años y no volvió hasta los 23. Cuando volvió, se quedó durante una década, luego se fue a España y de ahí a Estados Unidos, donde vive desde hace varios años.
También es judío, aunque no lo es. Es decir, es un judío que creció en una familia judía y vivió una vida marcada por la religión y las costumbres judías, pero que acabó por apartarse individualmente de la religión y vive en ese limbo en el cual algunas personas dirían que no es suficientemente una cosa y que jamás va a poder dejar de ser la otra. En todo caso, sus relaciones con el mundo, con los países y con la gente están inevitablemente delineadas por esa visión tan fácil de reconocer y tan difícil de definir de lo judío.
Como escritor es desconocido y no. Ha publicado más de diez libros, algunos de los cuales han sido traducidos, ha ganado premios literarios, fue becario Guggenheim y fue nombrado por el Festival Hay de Bogotá como uno de los 39 mejores escritores latinoamericanos (Los 39 escritores menores de 39 años era el título exacto en el 2007).
Esas cosas empantanan su identidad y a la vez definen su literatura. Siendo guatemalteco, sus diálogos están marcados por la sintaxis y los usos de ese país – por ejemplo, en Monasterio los dos hermanos se hablan entre ellos de usted, como es la norma en Guatemala – pero siendo descendiente de polacos y de libaneses, sus temas no son esencialmente guatemaltecos. Siendo judío, el punto de partida de sus historias ha sido el número que su abuelo llevaba tatuado en el brazo –su número de identificación en el campo de concentración- y sus libros han salido principalmente de las ramificaciones que ese número fue teniendo en varias vidas. En uno de sus libros, El boxeador polaco, el abuelo llega al campo de exterminio y pasa la noche anterior a ser juzgado junto a un boxeador que resulta ser de su mismo pueblo y lo reconoce. El boxeador, al que los nazi mantienen vivo como entretenimiento, lo asesora durante toda la noche sobre qué debe decir y qué debe callar al día siguiente y con eso lo salva. “Lo entrenó con los puños, no con palabras, lindo ¿no?” dijo Halfon en una entrevista a Página12.
En Monasterio el nieto guatemalteco de ese hombre que se salvó de morir en el campo de concentración visita Israel para ir a la boda de su hermana, también guatemalteca, que se volvió ortodoxa y se metió a una yeshivá (una escuela especializada en los textos sagrados) para mujeres y que ahora se va a casar con un judío ortodoxo, alcohólico reformado y patán de tiempo completo, encima originario de Brooklyn. En el aeropuerto se encuentra a Tamara, una mujer de su pasado que ahora es azafata de Lufthansa y con la que tiene una relación que al lector sólo le va quedando claro a medida que avanza el libro si es platónica o una de esas relaciones del pasado que se vuelven un antes y un después en la vida de una persona.
Halfon tiene una manera diáfana de redactar que hace que uno comience a leer y antes de darse cuenta ya esté a la mitad del libro y que apenas un instante después el libro haya acabado. Tiene un estilo sin pretensiones de alto literato, pero con un dominio total del lenguaje y eso le deja al lector la sensación no de haber leído un libro, sino de haber platicado con un conocido muy interesante que tiene muy buena mano para contar historias.
Si uno se detiene a pensarlo, es tan solo lógico que los entresijos de una identidad tan complicada sean lo que le haya dado esa voz peculiar a Eduardo Halfon. Como rompecabezas personal debe ser bastante engorroso, pero leyéndolo contado con tan buena mano por otra persona resulta un arcón inagotable de historias.
Monasterio fue publicado por Libros del Asteroide en España y en México es distribuido por Sexto piso y se puede comprar acá.
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